jueves, 5 de noviembre de 2009
Napoleón, todo un personaje
La verdad es que hay mucho que desmentir del militar francés Napoleón Bonaparte. Ni fue un aventurero, ni un conquistador fanático, tampoco tenía mal genio. Más bien parece que fue un hombre a destiempo, una especie de Galileo, ya que sus planteamientos hubiesen sido aceptados en otros momentos.
Tuvo que convivir con dos grandes imperios que no le pusieron las cosas fáciles: Inglaterra y el Sacro Imperio. Evidentemente las cosas no podían salirle del todo bien. Los ingleses no podían soportar que un militar francés desafiara la hegemonía marítima y oriental. El emperador alemán temía las revoluciones en su conservador imperio, que sembrara la semilla del liberalismo. Pese a que derrotaron a Napoleón, este es el responsable directo de los primeros pasos de la unificación alemana y de lo que hoy llamamos "el estado de derecho".
Al final lo enviaron a una isla, para que no molestara más, pero siglo y medio después, otro francés, Jean Monet, defendería un mercado común europeo y poco a poco, aunque con tropiezos, la Unión Europea comienza a ser una realidad.
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